Lo peligroso de tener CLARA nuestra necesidad es considerar que el otro CLARAMENTE tiene que satisfacerla.
Durante el proceso terapéutico o de autoconocimiento topamos con un gran alivio al ser vistos y reconocidos por el otro que participa en el acto de dignificar nuestra necesidad.
Esas necesidades legítimas no resueltas que tanto llevamos callando o imponiendo de forma reactiva, son por fin observadas y miradas con amor, así que conectamos con el gran permiso para sentirlas a pleno pulmón. Ligeritas sin cargas, ni censuras.
Lo que ocurre inmediatamente después, es que consideramos que el otro CLARAMENTE tiene que hacer algo para satisfacerlas.
Y aquí comienza un nuevo dolor. ¿No lo ves que estoy mal? Está muy claro! Yo veo lo que necesito ahora ¿Cómo es que tu no?
Y sí, tu por fin lo ves, por fin lo permites en ti. Pero volvemos a caer en la creencia de que es el otro el que tiene que saciarnos; y más ahora que se lo estamos mostrando, que nuestros poros lo derraman y lo piden a gritos.
Puedes ponerte violeta si quieres (yo estuve de todos los colores) pero el viaje es nuevamente hacia adentro, hacia a ti.
Y ahora sí, calma, porque este es un viaje algo más largo, o así lo percibes porque ya estás intuyendo que te toca hacerlo sol@. Pero sol@ de verdad.
Así que date la vuelta e inicia. Cada paso es un triunfo en la conquista de este espacio. Y te voy a parecer una loca después de todo esto, pero es TAN BONITO y TAN AUTÉNTICO que es imposible que yo te lo cuente. Cada un@ al suy@.
26Tú, Ta No Ta, Lucía CaMo y 23 personas más
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