Estar en relación y hacernos cargo de la activación de nuestras heridas del pasado es uno de los retos más complicados.
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Es en la intimidad de las relaciones (y no solo en las de tipo romántico) donde surgen los escenarios más similares a la formación de nuestro estilo de apego.
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Por eso nos cuestan tanto.
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Pero mi relación con el otro no debe estar al servicio de hacerme feliz o de rellenar eso que me falta. Tampoco debo usarlo para vivir a través de el o ella, las partes de mi que están en sombra.
El otro viene a hacerme consciente de mi mismo. Viene a resaltar dónde es necesario poner el foco, la venda, el cuidado. Viene pare enseñarme dónde flaquea la responsabilidad conmigo mismo.
El otro nos espeja lo que ha de ser atendido.
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Durante el proceso terapéutico aprenderemos a hacernos cargo de lo que nos toca (el alma), a reconocer y darnos lo que necesitamos en cada momento; y como consecuencia de esto, liberaremos al otro de cargas ajenas que no le corresponden.
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Porque no se trata de pedir o de querer dar soluciones ; se trata de aprender a acompañarnos.
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No dudes en pedir ayuda profesional si lo necesitas 💛
